ANDANDO, EN BICI O EN TRICICLO, YO TAMBIÉN RECICLO.
Comenzamos este reto, con el objetivo de poner en práctica todo lo que hemos aprendido a lo largo del curso. Realizamos dos actividades, por una parte, plogging en colaboración con la Universidad de Salamanca. Por otra parte, en la segunda actividad seguimos reutilizando materiales para crear nuevos productos, algo que nos caracteriza, creando un terrario con tarros vidrio.
Nuestra propuesta siempre esta centrada en el primer paso reducir, tratando de comprar o de usar lo menos posible materiales innecesarios. De esta manera cumplimos un doble objetivo, evitar la contaminación de su producción y la contaminación del propio producto.
Cuando no ha sido posible este paso, tratamos de reutilizar ese material, dándolo un nuevo uso. En este caso vamos a reutilizar botes de vidrio, que más adelante explicaremos.
Por último, cuando los anteriores dos pasos no se han podido realizar, llegamos al reciclaje. Lo hemos trabajado durante el curso con diferentes actividades, diariamente en las aulas o en ocasiones especiales como la cabalgata del reciclaje en carnaval.
Ahora lo ponemos en práctica y lo perfeccionamos practicando plogging, gracias a la colaboración junto a la Universidad de Salamanca y el proyecto de una profesora de la mención de Educación Física junto a sus alumnos y alumnas, a través de su proyecto “Educa Plogging en Salamanca”, este es el link a su web: https://sas.usal.es/educa-plogging-en-salamanca/
“El plogging es la práctica que combina el ejercicio al aire libre con la recogida de residuos. En otras palabras, se trata de aprovechar cualquier actividad física al aire libre para la recogida de los desperdicios que se encuentran en las playas, las montañas o las propias ciudades”. El proyecto de la USAL, vincula el plogging con una intencionalidad educativa, concienciando a los alumnos a través de la Educación Física, con la utilidad de limpiar zonas a través de la realización de juegos y de diferentes actividades al aire libre, siguiendo una metodología basada en el aprendizaje – servicio.
Conociendo este concepto nos ponemos manos a la obra. Comenzamos realizando diferentes actividades físicas en el patio que nos ayudan a prepararnos y conocer más el plogging: encontrar pistas escondidas para formar los ODS que vamos a trabajar (3.Salud y Bienestar; 13. Acción por el clima; y 15.Vida de ecosistemas terrestres); actividades relacionadas con la buena utilización del propio cuerpo en el ejercicio del plogging, como saber agacharse haciendo sentadillas para recoger residuos o en este caso practicando con pelotas de tenis, mantener el equilibrio saltando entre aros, etc.
Después de conocer el concepto de plogging, lo ponemos en práctica y salimos a la calle para poder poner en práctica lo aprendido y recoger residuos mientras realizamos actividades físicas y juegos. Hemos realizado dos rutas en el pueblo, una para los más pequeños y otra para los más mayores. En cada ruta hay tres paradas, y en cada parada se realiza un juego y una recogida de residuos. Al final nos juntamos los dos grupos en un punto común, la ermita del pueblo, para realizar una actividad todos juntos. En las tres paradas se realizan juegos cotidianos pero modificados en relación a la temática de los residuos: el pañuelo con residuos, el pilla – pilla típico pero adaptado donde los residuos contaminan a los demás y se multiplica para que veamos la importancia de no contaminar, etc. Después de realizar los juegos, limpian el entorno o la zona donde hemos realizado el juego y los residuos que traen los dividen en las distintas bolsas separándolos en función del material del que están realizados, para ello tienen guantes y bolsas de basura. Por cada juego que realizan o zona de recogida, reciben un punto en su carnet de superploggers que llevan colgado al cuello.
El resultado fue una actividad en la que los alumnos se han sentido motivados, felices, implicados y satisfechos de mejorar el entorno a través de su propia acción.
Las rutas que seguimos, por suerte, contaban con pocos residuos, tenemos un pueblo muy limpio lleno de SuperPloggers. Las podéis conocer a través del siguiente enlace, ¡Animaros a visitarnos! Los puntos amarillos y naranjas es la ruta que realizamos con alumnos de 3 a 7 años, y la otra, granate y rosa, con alumnos de 8 a 12 años. https://www.google.com/maps/d/edit?mid=1YQKOXlOymoiVWxTySSsl6G_Fzgola48&usp=sharing
En la segunda parte del reto, reutilizamos tarros de vidrio para crear un terrario. Pensamos una forma original a través de la cual poder reutilizar un elemento como el vidrio, que a la vez fuera el broche final de la actividad y proyecto realizado durante el curso en colaboración con generación eco/EcoVidrio. Por ello, después de mucho investigar elegimos realizar los terrarios. Los terrarios son pequeños jardines, dentro de un bote o una botella, la cual se cierra herméticamente, de forma que no necesite apenas cuidados. La humedad con la que cuenta se evapora con el sol, se condensa en las paredes y en la tapa y vuelve a regar la planta.
Por otra parte, no solo nos gustaba la idea de reutilizar el vidrio. Creemos que es una capsula, un bote que contiene mas que tierra o plantas, tiene parte de lo vivido durante este curso, del trabajo, vivencias y actividades entre los diferentes alumnos, con materiales que proceden del colegio. Nuestro objetivo es cambiar el mundo, granito a granito, gota a gota, paso a paso, y ellos se llevan su propio mundo dentro de esta capsula para que no olviden lo importante que es su acción para cambiarlo. Es un objeto que sobre todo tiene valor de cara a aquellos alumnos que el año que viene se incorporan al instituto, y echaremos tanto de menos, de esta manera pueden llevarse un trozo natural del centro.
Como se puede ver en las fotos, dividimos a los alumnos en grupos heterogéneos. Íbamos a realizar la actividad todos juntos en el patio, pero la esperada lluvia nos impidió hacerlo. Por lo que nos dividimos en las aulas, mezclando alumnos de diferentes edades. Cada uno trajo un bote, muy limpio (para evitar posibles futuros hongos). En el mismo, echamos piedras como base y después tierra. Dentro plantamos un cáctus, que procede de una de las macetas del centro, romero de un gran arbusto con el que contamos en el patio, y cubrimos el resto de la tierra con un poco de verdín del suelo del patio, que ha crecido gracias a la humedad de los últimos días. Por último, lo regamos un poco y lo cerramos para crear nuestra capsula del tiempo natural. Para transportarlo a casa lo envolvimos en papel de periódico y ayudamos a meterlo en las mochilas para que no se volcara, sobre todo con los más pequeños.
A través de estas actividades hemos seguido consolidando los aprendizajes relacionados con el reciclaje y la reutilización. Desde una perspectiva lúdica y física, natural y emocional.
También hemos compartido la información con @ecovidrio en nuestras redes sociales, en twitter: https://twitter.com/cravalvanera?lang=es
